El Mirador. Por Luís Céspedes Peña. Las elecciones pasadas del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), las segundas realizadas con la misma etiqueta de corrupción política de los últimos cuatro años.
Aunque las recién pasadas no tienen comparación alguna dentro de los niveles de inmoralidad, dieron inicio a la destrucción de uno de los gremios que mantuvo sus esfuerzos para tratar de evitar que la política partidista penetrara a su seno, pero lamentablemente ya le pusieron un sello.
En los comicios antepasados hubo un intento de variar los resultados, pero no lo lograron. No queremos decir que el presidente electo del Comité Ejecutivo, Adriano De la Cruz, sea un hombre sin moral,
Lamentablemente, los candidatos del Movimiento Convergencia y sus aliados, se prestaron para implantar la corrupción política en las elecciones del CDP, acción que fue materializada por un equipo dirigido personalmente el señor Rafael Núñez, el encargado de Prensa del ex Presidente Leonel Fernández Reyna.
Y se habla de que sólo en Santiago la compra de votos para variar el resultado de las elecciones a favor del Movimiento Convergencia y la Corriente Institucional, se gastó sobre el millón 300 mil de pesos. Todo para quitar de la presidencia del CDP a un amigo del Presidente Danilo Medina, llamado Olivo De León. ¡Así andan las cosas”
Rafael Núñez
El equipo dirigido por Rafael Núñez se reunió con periodistas de casi todas las Seccionales, las cuales estaban bajo el control del Movimiento Marcelino Vega y aliados. Todas las Seccionales en las cuales ese señor, que escribe mucho de la necesidad de que los principios de morales del profesor Juan Bosch sean aplicados en el país, fueron ganadas por el Movimiento Convergencia, que él patrocinó. ¡No sabemos de dónde salieron los recursos!
Ese equipo se reunió varias veces en Santiago para planificar la derrota de los candidatos del Movimiento Marcelino Vega y aliados. Fuera de los intereses del CDP, ese señor se reunió con su representante, Grey Núñez, y el coordinador de Comunicación del sector Fernández Reyna, el x fiscal Raúl Martínez. Y, como es natural, con algunos de los principales estrategas del Movimiento Convergencia.
De esta ciudad, faltando días para las elecciones, el equipo dirigido por el señor Núñez, que provocó el mayor acto de corrupción política en el CDP, que era prácticamente una de las pocas entidades que se mantenía al margen de los conflictos políticos, viajó al Noroeste, donde en Mao almorzó con un grupo de miembros de la Organización. Y lo mismo sucedió con las demás Seccionales de esa zona.
Ya había visitado a Bonao, La Vega, San Francisco de Macorís, Moca, Hato Mayor, La Romana, Higüey, las del Sur, incluyendo a Barahona, que es la principal del CDP en esa jurisdicción, Nueva York, y casi todas las demás. En todos esos lugares “dejó su intención”.
Bonao
Luego de esas visitas, el resultado de las elecciones dio como ganador al Movimiento Convergencia, pero no una simple victoria, sino algo demoledor. Bonao fue visitado dos veces por el equipo siempre dirigido por el señor Rafael Núñez, porque la primera vez no lograron el objetivo. “Amarraron en la segunda visita”.
En Santiago, la segunda Seccional en importancia del CDP, con un listado de 573 miembros, todo parecía que la victoria sería del Movimiento Marcelino Vega y aliados, pero cuando comenzó la “maquinaria económica” todo varió.
Pasado el medio día del viernes, cuando se hicieron las elecciones, los marcelinistas estaban ganando los comicios, pero luego se activaron las maquinarias de Convergencia y la Corriente Institucional. ¡Ahí terminó todo!
Oficina del CDP
La oficina de la Seccional del CDP fue convertida en un mercado de compra de votos, aunque otros llegaron al centro de votación hasta con el número de su registro, lo que indica que ya habían sido corrompidos con el dinero.
La situación fue tan grave que la Comisión Electoral tuvo que llamar a la Policía para establecer un servicio, porque los actuales ganadores entraban a sus votantes por lugares prohibidos. ¡Un mal ejemplo para las nuevas generaciones de miembros del CDP, que en lo adelante habrá que pagarles para poder ejercer el voto en su gremio!
Y, como expresamos al inicio, una acción de corrupción política que logró quitar de la presidencia de ese gremio a un hombre, que si bien es cierto es un fiel amigo del Presidente Danilo Medina, ningún miembro puede decir que éste le habló de seguir los lineamientos políticos del jefe de Estado. En lo personal, nadie puede prohibirle su simpatía política por un determinado líder.
Pero donde hubo la mayor acción vergonzante de corrupción fue en el Gran Santo Domingo, donde algunos convergencistas dijeron que instalaron 30 centros de controles móviles (vehículos), sin contar los que existieron en otros lugares. ¡Compraron votos al por mayor!
Lo importante de esta historia es que el ex jefe de Estado, doctor Leonel Fernández Reyna, deberá aclarar el por qué permitió que su director de Prensa, un señor llamado Rafael Núñez, se involucrara en esa vergonzosa actividad.
Ahora, el ex gobernante y líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), está en el deber de aclarar la vergonzosa participación del señor Rafael Núñez, que por dañar la imagen de un gremio que era distinguido, no se merece el mínimo respeto.
Seccionales
Nunca se conoció que Núñez salía por los pueblos a reunirse con las Seccionales del CDP. La acción de ese señor provocó que Seccionales, como la de Hato Mayor, por primera vez en la historia, los marcelinistas perdieran las elecciones.
El Movimiento Convergencia había perdido más de 25 elecciones y apenas ganado una, pero con la acción de corrupción política citada, el resultado de los comicios es como llaman los agricultores del Cibao: Un ciclón arranca batata.
¿Cómo se sabrá cuáles estrategas de Santiago (de los ganadores), participaron en el gran fraude, porque también hay que llamarlo así?
Cuando comiencen a defender el mayor acto de corrupción política en el seno del CDP, usted podrá decir ese es uno de ellos. Dolidos moralmente como los están, muchos de los periodistas amigos del ex Presidente Fernández Reyna, si éste no aclara la participación del señor Rafael Núñez en ese acto de corrupción que afectó al CDP, difícilmente se acerquen a donde esté el ex gobernante.
Lo correcto es el ex Presidente Fernández Reyna destituya al tal Rafael Núñez del cargo de encargado de Prensa de su proyecto político. La situación creada por ese señor es lamentable, porque afecta a un hombre como el ex Presidente Fernández Reyna, que siempre fue un defensor de la unidad del CDP. Una simple destitución del señor Rafael Núñez, puede resolver, en parte, ese problema.
Castigo
No hay ninguna duda de que una parte de esos comunicadores, si no llega el castigo para Núñez, harán nuevas relaciones con el Presidente Medina, otros con los líderes del Partido Revolucionario Moderno (PRM), el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) o simplemente se quedarán independientes.
Concluyendo este trabajo, debemos decir que la gran preocupación, para el futuro del gremio, es que en lo adelante cada sector periodístico, fruto de este escándalo, trate de buscar recursos para el desarrollo de sus actividades electorales, sin importar el partido político u otros sectores económicos. Y ahí comenzarán a surgir los conflictos partidistas al interior del gremio. ¡Y el descalabro del CDP!
Ojalá no ocurra lo que sucedió con el Sindicato de Trabajadores de la Corporación Dominicana de Electricidad (SITRACODE), que cuando entró a su seno el activismo político, simplemente desapareció por la acción del gobierno del Presidente Joaquín Balaguer.
El Movimiento convergencia acusó al Presidente Medina, en el recién pasado proceso electoral, de ser un violador de las Leyes y la Constitución de la República, por el otorgamiento de pensiones u otros beneficios a los comunicadores.
Nosotros, independientemente de las consecuencias que nuestra postura genere en altos círculos políticos, estamos en el deber de defender al actual presidente del CDP, perdedor de los comicios pasados, quien jamás usó al gremio para defender al actual jefe de Estado y perjudicar al ex gobernante Fernández Reyna.
¡Sabemos por qué lo decimos!
Gracias por leernos.