La breve conversación entre el presidente Juan Bosch y una madre necesitada de Tavera: Un episodio que refleja su compromiso con la integridad y la honestidad en la política dominicana.
Por Cornelio Batista
Durante la tarde del 16 de agosto de 1963, en un paraje conocido como Ranchos de Tavera Abajo, provincia La Vega, aconteció un diálogo inusual e inédito entre el presidente Juan Bosch y una joven embarazada, madre de varios hijos. La anécdota, narrada por María Josefina Núñez, una testigo presencial, aún perdura en la memoria de la comunidad.
En aquel día, el entonces líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) arribó a la citada comunidad, en un Jeep con las ventanillas bajadas, acompañado de su escolta presidencial y funcionarios civiles.
Cuando el vehículo presidencial se desplazaba lentamente por una estrecha y pedregosa carretera, frente a la casa de la mujer, ella se acercó al Jeep y le pidió al presidente ayuda económica. "Deme algo presidente", exclamó la madre. La respuesta de Bosch fue sorprendente: "Yo no robo para darle a nadie".
Sin embargo, la joven madre insistió en su pedido al presidente a pesar de que los escoltas intentaban alejarla. Fue entonces cuando Bosch, mirándola fijamente, le dijo: "El dinero alcanza cuando nadie roba, y Yo no robo". La mujer, cabizbaja, se alejó descalza hacia su humilde hogar, situado a orillas del río Yaque del Norte mientras el gobernante continuó hacia su destino.
Ese día, el presidente pasaba por Los Ranchos de Tavera, hoy conocida como La Presa, cuando se dirigía hacia el área de los trabajos de construcción del llamado túnel de desvío de La Presa de Tavera. Lamentablemente, la obra no fue inaugurada por Bosch, quien fue derrocado en un golpe de estado ese mismo año. Diez años después, en 1973, Joaquín Balaguer inauguró la Presa de Tavera en horas de la tarde, después de pronunciar un discurso en Santo Domingo ante la Asamblea Nacional.
La breve conversación entre el finado Bosch y la madre de familia refleja su compromiso con la honestidad y la transparencia en el manejo de los recursos públicos. Este episodio demuestra que, para Bosch, el poder no era sinónimo de corrupción, sino un medio para llevar a cabo proyectos sociales y obras de beneficio colectivo, a través de una gestión pública responsable.
