Tras una discusión previa, un hombre abrió fuego en un colmado. Fue arrestado en el aeropuerto cuando intentaba escapar.
Por John Santos
SAN VÍCTOR, República Dominicana — Una tragedia sacudió la mañana del viernes a la comunidad de Los Amaceyes, en el municipio de San Víctor, provincia Espaillat, cuando un hombre armado irrumpió en un minimarket y disparó contra varias personas, dejando un saldo de un muerto y tres heridos de gravedad.
La víctima mortal fue identificada como Carlos Miguel Cruz, de 65 años, quien murió en el lugar de los hechos. Los heridos, todos con impactos de bala, son Adrián de Jesús Ureña Tobías, de 27 años; Luis Miguel Cruz Ureña, de 32; y Luis David Cruz Ureña, de 23. Estos fueron trasladados inicialmente al Hospital Municipal de Tamboril y posteriormente referidos a centros de salud en Santiago, dada la gravedad de sus lesiones.
De acuerdo con testimonios de residentes del sector, el hecho se originó por una acalorada discusión ocurrida la noche anterior entre Cruz y el agresor, identificado como Vicente, nativo de la comunidad de Los Apontes, en Canca La Piedra, y residente en Estados Unidos. Según informes preliminares, Vicente regresó al establecimiento en horas de la mañana, portando un arma de fuego, y abrió fuego sin mediar palabras.
El intento del presunto agresor de abandonar el país fue frustrado por agentes de seguridad en el Aeropuerto Internacional del Cibao, donde fue arrestado mientras presuntamente trataba de abordar un vuelo hacia el extranjero. Actualmente, se encuentra bajo custodia del Departamento de Investigaciones Criminales (DICRIM) y se espera que sea sometido a la justicia en las próximas horas.
La violencia ha generado consternación en la comunidad. Familiares y vecinos de las víctimas demandan justicia y exigen a las autoridades un mayor control sobre la circulación de armas ilegales, así como una investigación exhaustiva para esclarecer las causas de este nuevo episodio de violencia que enluta a San Víctor.
Las autoridades policiales continúan las indagatorias, en un caso que, más allá del crimen puntual, pone en evidencia una problemática recurrente: la facilidad con la que civiles acceden a armas de fuego y la falta de mecanismos preventivos ante conflictos que escalan rápidamente hacia la tragedia.