El CRD llama a cuidar la naturaleza y protegerse de ella ante los riesgos de las tormentas eléctricas

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El organismo advierte sobre la vulnerabilidad del país ante huracanes, terremotos y descargas eléctricas, e insta a una cultura preventiva.

El Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) considera que, si bien es cierto que tanto el presupuesto nacional como el sector privado se benefician de los turistas procedentes de países fríos que nos visitan en busca de nuestra luz y calor tropical, también debemos reconocer que la República Dominicana, a diferencia de otras naciones, se encuentra en la ruta de huracanes, terremotos y tormentas eléctricas.

En consecuencia, es un deber y una responsabilidad asumir los lineamientos del plan estratégico nacional, teniendo presente que estas fuerzas naturales, aunque en algunos casos enriquecen nuestros ecosistemas, también pueden causar grandes daños, tanto a las familias dominicanas como a las infraestructuras que sustentan el desarrollo socioeconómico del país.

Cada año enfrentamos la temporada de huracanes, acompañada de abundantes lluvias y numerosas tormentas eléctricas. Estas últimas pueden provocar la muerte de animales, la caída de árboles, la destrucción de estructuras y la pérdida de vidas humanas, afectando el curso normal de la vida cotidiana.

Es importante comprender que durante las tormentas eléctricas se producen rayos, que son descargas de energía eléctrica —positiva o negativa—. En términos sencillos, un rayo es una chispa que salta entre dos nubes con cargas opuestas o entre una nube y el suelo, siendo este último tipo el más peligroso.

Cuando ocurre un rayo, se generan simultáneamente dos ondas: una de luz, llamada relámpago, que viaja a la velocidad de la luz, y otra de sonido, conocida como trueno, que se desplaza a la velocidad del sonido. La diferencia entre ambas nos permite calcular la distancia del rayo: si contamos tres segundos entre el relámpago y el trueno, el rayo cayó aproximadamente a un kilómetro de distancia, lo que indica una zona de alto riesgo.

La electricidad es una de las ramas de la física más estudiadas y comprendidas. El rayo es, en esencia, una corriente eléctrica que obedece las leyes de esta ciencia. Nuestro planeta es una esfera cargada negativamente, y los rayos constituyen el mecanismo mediante el cual la naturaleza busca mantener el equilibrio eléctrico de la Tierra.

Los puntos elevados y agudos tienden a acumular mayores cargas eléctricas. Por ello, si durante una tormenta nos encontramos en una llanura con un solo árbol, lo más prudente es alejarnos de él, ya que es el punto más probable de impacto. En cambio, si estamos en una finca de cacao, lo recomendable es situarse bajo árboles bajos y no aislados.

Si nos hallamos en terrenos planos, como un campo de arroz, debemos evitar ser el punto más alto. Lo correcto es colocarse en cuclillas hasta que la tormenta haya pasado. Además, aunque el agua pura es un mal conductor de electricidad, el agua con impurezas —como el sudor humano— la conduce fácilmente. Por eso, durante una tormenta eléctrica debemos mantenernos secos, evitar bañarnos en ríos, piscinas o playas, y no permanecer al aire libre.

El mejor refugio es permanecer dentro de una vivienda, secos y alejados de objetos metálicos o, en su defecto, dentro de un automóvil sin tocar las partes metálicas.

En este sentido, el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) exhorta a todos los ciudadanos a adoptar una mentalidad responsable frente a la naturaleza: cuidarla y, al mismo tiempo, cuidarse de ella, como condición esencial para el verdadero desarrollo humano y el progreso sostenible de la sociedad dominicana.

Autor: Ingeniero Odonel Gómez Rojas, Director Comisión de Ciencia y Tecnología del Consejo Regional de Desarrollo., Inc. (CRD), Ingeniero Físico, Geofísico e Industrial, Empresario y Catedrático Universitario. correo: [email protected]

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