
La dependencia digital en emergencias obliga a familias y trabajadores a buscar soluciones tecnológicas que permitan conservar acceso en cortes eléctricos cada vez frecuentes.
La creciente dependencia digital impulsa a millones a buscar soluciones prácticas para conservar acceso a internet durante apagones que paralizan hogares, oficinas y comunidades.
Cuando las luces se apagan y la electricidad se detiene, la necesidad de seguir conectado adquiere una dimensión crítica. Para muchos, la interrupción no solo significa quedarse sin entretenimiento, sino también perder acceso a reuniones virtuales, trámites en línea y comunicación con familiares en situaciones de emergencia.
Los teléfonos móviles suelen ser el salvavidas más inmediato. Gracias a su batería interna, pueden mantenerse operativos mientras otros dispositivos se apagan. Activar la función de “Punto de acceso personal” convierte al celular en un emisor de señal WiFi, permitiendo a computadoras y tabletas seguir conectadas, aunque el consumo de datos puede agotarse rápidamente en videollamadas o transferencias de archivos pesados.
Las baterías portátiles —o powerbanks— se han consolidado como herramientas esenciales. Estos dispositivos, cada vez más comunes en hogares, ofrecen la posibilidad de recargar teléfonos, tabletas e incluso routers portátiles durante un corte de luz. Modelos con múltiples salidas permiten alimentar varios aparatos de manera simultánea. En España, un reciente apagón general mostró cómo para muchas familias estos pequeños equipos resultaron decisivos para mantener la comunicación.
El router doméstico plantea otro desafío: su dependencia directa de la red eléctrica. Una opción extendida es el uso de un sistema UPS (Uninterruptible Power Supply), que mantiene la señal interna de WiFi por lapsos limitados. También existen routers con batería interna capaces de operar sin corriente, aunque todo depende de que el proveedor de internet logre sostener su infraestructura durante la emergencia.
A la par de las soluciones técnicas, los expertos recomiendan optimizar el uso de la energía disponible. Reducir el brillo de las pantallas, desactivar funciones innecesarias como Bluetooth o GPS y cerrar aplicaciones en segundo plano ayudan a prolongar la autonomía de los dispositivos.
Finalmente, prepararse con antelación puede marcar la diferencia. Descargar documentos importantes, guardar contactos en listas impresas y asegurar que las baterías portátiles estén siempre cargadas son medidas que, aunque simples, pueden convertirse en la línea divisoria entre el aislamiento y la conectividad en medio de la oscuridad.