
Padres y docentes exigen al Ministerio de Educación intervenir la escuela Antera Mota, cuya infraestructura amenaza la seguridad de 600 estudiantes.
Por John Santos
PUERTO PLATA, República Dominicana — En el corazón de esta ciudad atlántica, una preocupación creciente sacude a la comunidad educativa: el centro educativo Antera Mota, con más de siete décadas de historia, se encuentra en condiciones estructurales alarmantes. Las grietas visibles, el concreto corroído y el óxido que brota de las columnas son señales inequívocas de una infraestructura al borde del colapso.
La Asociación Dominicana de Profesores (ADP), filial Puerto Plata, ha elevado su voz con urgencia. “No solo está en juego el año escolar 2025-2026, sino la integridad física de nuestros estudiantes, docentes y personal administrativo”, advirtió Juan Carlos Almonte, presidente local del gremio.
El deterioro no es nuevo, pero sí progresivo. Las filtraciones en el techo, el desgaste de las paredes y las varillas expuestas dibujan un escenario que dista mucho del ideal prometido por el sistema educativo dominicano. El centro, fundado en enero de 1953, acoge a unos 600 alumnos cada año.
“Nos preguntamos dónde está la gestión, dónde está el compromiso del Ministerio de Educación”, cuestiona Almonte, señalando que, a pesar del presupuesto multimillonario asignado al sector, muchas escuelas del país siguen en condiciones precarias.
La inquietud no se limita al gremio docente. Padres de familia, profundamente preocupados, han unido sus voces al reclamo. Exigen una intervención urgente que garantice la seguridad y continuidad de la enseñanza. Para ellos, cada día que pasa sin acción es una amenaza latente para sus hijos.
Hasta el momento, las autoridades educativas no han emitido declaraciones oficiales sobre el caso. Mientras tanto, el deterioro avanza y con él, crece el temor de que una tragedia evitable sacuda a una comunidad que ya ha esperado demasiado.